domingo, 28 de octubre de 2012

El festín de Babette

El pasado festival de cine de San Sebastián reponía en la edición de este año, en la sección Culinary Zinema; Cine y Gastronomía, la película El festín de Babette.
Los que no hemos tenido la oportunidad de ir a verlo en las salas del festival, nos tenemos que conformar con la posibilidad de verlo en DVD, que tampoco es una mala opción, peor que la inicial, pero no todos tenemos la suerte de poder ir a disfrutar en vivo de este extraordinario festival, que este año cumplía 60 ediciones. Después nos hemos enterado que, con motivo del 25 aniversario del estreno de esta película, su productora ha decidido reestrenar una versión digital restaurada de esta maravilla. El reestreno será el 16 de Noviembre, y procuraremos verla de nuevo.


Hemos dicho en alguna ocasión que no somos críticos ni expertos en literatura, arte, música o cine. Bueno, en realidad no somos expertos en nada. Por eso, nuestros comentarios son personales, y reflejan únicamente lo que a nosotros nos dice lo que vemos, sea una película, un cuadro o una canción. Y lo que nos dice este film es mucho y muy bueno.
Para situarnos, diremos que El festín de Babette es la adaptación de un relato de Isak Dinesen, seudónimo literario de Karen Blixen, escritora Danesa, famosa por ser la autora de la obra, de carácter autobiográfico, en que se basó la película Memorias de África. Además, tiene un asteroide bautizado en su honor como "Blixen", lo que nos da una idea de lo famosa que fue en sus años de esplendor.
La película nos presenta una pequeña aldea en la costa de Jutlandia, en Dinamarca. Nos relata la vida que en ese pequeño pueblo lleva una familia formada por un pastor luterano y sus dos hijas. Es un austero estilo de vida difícil de entender en la actualidad, pero que hay que situar en el lugar (un pequeño pueblo danes) y el tiempo adecuado (segunda mitad del siglo diecinueve). Nos llama la atención la rígida educación y forma de vida en general, que el pastor impone a sus dos hijas. Ambas tienen la oportunidad de conocer el amor de dos jóvenes, uno militar y otro cantante de ópera, y ambas renuncian a ese amor por permanecer junto a su padre.
Un día el padre muere, pero las hijas permanecen en el pueblo, perpetuando la memoria de su padre, manteniendo la comunidad religiosa que su padre creó y ayudando a los mas necesitados del pueblo.
Parece que la película es monótona y  alguno puede opinar que hasta aburrida. La aparición de Babette, que llega huyendo de los desordenes que se produjeron en París  durante la instauración de "La Comuna de París", lo cambia todo, y le da a la historia un nuevo aire. Recomendada por el tenor que años atrás cortejó a una de las hermanas, Babette entra de sirvienta en casa de las dos hermanas, a cambio únicamente de comida y cobijo.
En un momento, Babette comenta que con París únicamente le une un boleto de lotería que un amigo le renueva todos los meses. Es ese boleto el que propicia que, al salir ganador, le toque a Babette una pequeña fortuna. Cuando parece que puede ser el final de la historia, llega el momento cumbre de la narración, las escenas que nos dejan con la boca abierta al ver la preparación y sobre todo el desarrollo de la cena que Babette ofrece con el dinero que le ha tocado en la lotería, con la escusa de celebrar el centenario del Pastor. Es una escena larga y de una gran belleza, para disfrutar. Pero esa cena es algo mas que un banquete. Es la lucha entre la puritana educación y el austero estilo de vida de ese pueblo y el que representa Babette, que manteniendo las creencias religiosas, da cabida al placer de los sentidos. Y en esa lucha, sale vencedora Babette. Es una delicia ver como se desarrolla la cena, como cambian los personajes sentados a la mesa, como pasan del rencor y el odio, al amor entre ellos y al perdón. Al iniciar el banquete todos habían acordado cerrar sus sentidos al disfrute de la cena y todos sin excepción, dirigidos por los comentarios del general asistente (nadie mas hace ningún comentario de placer mientras come), terminan paladeando y disfrutando del banquete.
Ignoro si El festín de Babette es una obra maestra, pero si puedo asegurar que es una de las películas mas bellas que he visto. Con una narración sencilla y una fotografía impecable, nos traslada, desde un inicio un poco lento,  hasta la intensa y emotiva  escena de la cena.
Una película que la vi hace unos 20 años y que he vuelto a disfrutar de nuevo hace unos días. Si tienes ocasión de poder verla, no pierdas la oportunidad.

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